Desde hace ya algunos años, en nuestra sociedad, se ha registrado un incremento importante de las diversas y variadas formas de violencia urbana. Los desastres y las catástrofes, la victimización criminal, la violencia familiar y en los lugares de trabajo, la pobreza, el deterioro de la salud, la pérdida del bienestar económico y el terrorismo, entre tantas otras causas generan una verdadera epidemia urbana. Frente a este panorama, el campo del estudio del estrés postraumático y su impacto en la salud mental ha crecido y se ha ido diversificando tornándose cada vez más complejo. Una de las tareas vitales para los sobrevivientes de un trauma es comprender su dolorosa experiencia.